En el perfil costero de la ciudad de Arrecife destaca, junto a edificios de las últimas décadas, uno en particular que ha acompañado a sus habitantes desde hace más de cuatro siglos: el Castillo de San Gabriel.
Aunque tradicionalmente se ha aceptado que la fecha de construcción de esta fortaleza se sitúa en torno a mediados del siglo XVII, lo cierto es que buena parte de la misma se remonta a casi un siglo atrás. En la Descripción e historia del reino de las islas Canarias realizada por el ingeniero italiano Torriani a fines del siglo XVI, se señala que:
“Sobre un sitio poco eminente que hay en la isleta situada a la entrada del puerto fue hecha una pequeña fortaleza de 40 pies por cada lado. Su forma es cuadrada, con sus baluartes como modernamente se usan, para defender la entrada del puerto, la cual es muy difícil, baja y estrecha […]”
El ingeniero, además, incluyó un dibujo bastante preciso de la misma en el mapa que realiza del puerto de Arrecife. Por lo tanto, parece plausible que la fortaleza se creara para defender el puerto del Arrecife, tal y como se le conocía entonces, tras los graves ataques piráticos que se produjeron en esta época. Esta fortaleza se denominaba por aquel entonces “Nuestra Señora del Socorro”, pues así aparece en varios documentos notariales del siglo XVII en los que se recogen pequeñas reformas destinadas a su mantenimiento.
A mediados del siglo XVII se encontraba en bastante mal estado y deteriorada, lo que provoca que se proceda a su reedificación por parte de los autoridades locales y auspiciada por el Capitán General del archipiélago. Se rehacen sus muros, se le dota de artillería y munición y, en definitiva, se crea una fortaleza capaz de defender el puerto, cuya actividad había ido en aumento en ese período.
En algún momento de la segunda mitad del siglo XVII se le comienza a nombrar como se le conoce en la actualidad: el Castillo de San Gabriel, probablemente en honor a D. Gabriel Lasso de la Vega, ya que bajo su tutela se realizaron las reformas. Con este nombre y la estructura actual aparece dibujada en el plano de Pedro Agustín del Castillo de 1686.
En 1742, y bajo la orden del ingeniero Antonio Riviere, se volvieron a ejecutar reformas en el Castillo que cambiaron notablemente su fisonomía. Se unieron los baluartes de las esquinas con un muro corrido y se amplió considerablemente la plaza de armas o azotea. Hasta pocas décadas después, con la construcción del Castillo de San José, esta fortaleza constituyó la única defensa del puerto.
En 1895 fue declarado inútil en su función militar, debido a los importantes avances que en materia bélica se habían producido en dicho siglo. Tras ser comprado por el Ayuntamiento de Arrecife al Ejército, fue abierto en 1972 como Museo Arqueológico. No obstante, y aunque en el exterior del mismo una lápida lo coloca como Museo de Historia, en la actualidad se halla totalmente desaprovechado pues no está abierto como tal. Sería interesante que el Ayuntamiento de Arrecife reivindicara de una vez este espacio histórico como Museo definitivo de su Historia y la de Lanzarote.
Nota: La imagen del antiguo plano del Castillo de San Gabriel proviene de la Descripción geográfica de las Islas Canarias de Antonio Riviere.
Para saber más:
Rumeu de Armas, Antonio: Piraterías y ataques navales en las Islas Canarias. Madrid-Las Palmas, 1991.
Brito González, Alexis D.: «Apuntes sobre las fortificaciones en Lanzarote en el siglo XVII». VIII Jornadas de Estudio sobre Lanzarote y Fuerteventura (1997).