Saliendo de Arrecife hacia Costa Teguise nos encontramos con una de las fortificaciones más relevantes de Lanzarote: el Castillo de San José. Fue, junto con el Castillo de San Gabriel, el encargado de custodiar los puertos de Arrecife a pesar de que fue el último en construirse.
Los orígenes de esta fortaleza hay que situarlos a mediados del siglo XVIII. En 1767, el ingeniero Alejandro de los Ángeles realizó una visita a la isla y recorrió el Puerto de Naos, donde proyectó una batería para proteger el mejor abrigo del Archipiélago para reparar y carenar los navíos. En 1771 llegó a Lanzarote una comisión de técnicos que, bajo el pretexto de inspeccionar las fortificaciones, deseaba evaluar el importe anual del tributo señorial de los quintos y cuyo resultado fue la Descripción de la isla de Lanzarote del ingeniero José Ruiz Cermeño. Este informe recomendaba poner en marcha la construcción de la batería propuesta en 1767.
Esta construcción se realizó en la década de 1770 bajo los designios del proyecto del ingeniero catalán Andrés Amat de Tortosa y estaba a punto de concluirse en 1779. Cuenta con una planta rectangular con un lado semicircular, que coincide con el frente marítimo. El acceso a la fortificación se realiza mediante un puente levadizo, a través del cuál se accede a planta superior o “cuartel alto”. Debajo de ésta se encuentra la segunda nave o “cuartel bajo”. En dirección al mar se encontraban las mazmorras, el aljibe, el almacén y el depósito de pólvora.
Su construcción pretendía mitigar parcialmente la precariedad en la que vivía Lanzarote en estas décadas, tiempos de penuria económica, ya que se contrataría gran cantidad de mano de obra, por lo que se le apodó como la Fortaleza del Hambre. Al igual que sucedió con las otras dos fortificaciones insulares, al perder su carácter defensivo en el siglo XIX entró en un período de abandono.
Será ya en el siglo XX cuando la asociación “Los amigos de los castillos “ rescaten este inmueble al igual que hicieron con el de Guanapay. No obstante, su recuperación completa se producirá gracias al artista César Manrique quien lo transforma en un centro de arte, el Museo Internacional de Arte Contemporáneo que fue inaugurado el 9 de diciembre de 1976. En él se acoge de manera permanente la colección del artista lanzaroteño Pancho Lasso y cuenta con una sala de exposiciones temporales en la planta baja.
Para saber más:
– Rumeu de Armas, Antonio: Canarias y el Atlántico. Piraterías y ataques navales. Madrid- Las Palmas, 1991.
– Patrimonio Histórico de Arrecife de Lanzarote. Cabildo de Lanzarote, 1999.
Nota: La fotografía 2 de este post es de Ramón Pérez Niz.