El Obispado Rubicense

Cuando los normandos llegaron a Lanzarote, su entrada se produjo por la zona sur de la isla. Por tanto, no es de extrañar que los primeros asentamientos europeos se produjesen en lo que hoy se conoce como el Rubicón. Allí se creó la primera capital de la isla y la primera sede episcopal de Canarias.

Este primer núcleo poblacional estable reunía varias condiciones: formaba la morada de los pobladores europeos, era lugar de defensa para posteriores operaciones, templo-catedral en la que llevar a cabo sus costumbres religiosas y un puerto para comunicarse con el exterior.

Jean de Bethencourt

En 1404, Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle informan al papa Benedicto XIII que en su castillo contaban con un templo bajo la advocación de San Marcial y le solicitan que se erija en catedral. Por bula de 7 de julio de ese mismo año, el papa erige el castillo como ciudad llamándola Ciudad Rubicense y declara la iglesia como catedral, señalando por diócesis lo restante de la isla y otras comarcas. Esta catedral sería sufragánea de Sevilla y su primer obispo fue Fray Alonso de Sanlúcar de Barrameda, nombrado por el citado Benedicto XIII. Una vez conseguido el título, y antes de partir hacia Francia, Bethencourt ordena que se inicie la construcción de una iglesia bajo la dirección del maestro de obras Jean le Maçon.

Desde ese año y hasta 1483, la iglesia de San Marcial fue la catedral de Canarias. No debemos confundir esta iglesia con la actual ermita; aquella se hallaba casi en la zona de costa junto al poblado inicial mientras que la que subsiste hoy en día, y de la que hablaremos en otra entrada, es muy posterior.

Las luchas religiosas entre el papa Martin V y el antipapa Benedicto XIII propiciaron el nombramiento como obispo de Fray Mendo de Viedma y el intento fallido de crear un obispado en Fuerteventura. A pesar de que, en 1435 y siendo obispo fray Fernando Calvetos, el papa Eugenio IV autorizó el traslado de la catedral a la isla de Gran Canaria, éste no se llevó a cabo ya que aquella isla aún se encontraba por someter. A lo largo de casi ocho décadas varios obispos fueron sucediéndose en la diócesis rubicense hasta que, en 1483, tras el fin de la conquista de Gran Canaria, se hizo efectivo el traslado a la Catedral de Las Palmas bajo el período del obispo Frías.

Con esta transferencia concluía un período de la Historia de la Iglesia en Lanzarote y resultó el inicio de la ruina de la ermita original de San Marcial, al pasar a un segundo orden y quedar relegada en el culto en la isla.

Para saber más:

Lobo Cabrera, Manuel y Quintana Navarro, Francisco (dirs.): Yaiza y su tierra. Síntesis histórica. Yaiza, 1999.

Viera y Clavijo, José de: Noticias de la Historia General de las Islas Canarias. Madrid, 1783.

Nota: El retrato de Jean de Bethencourt fue tomado del portal de la Fundación Canaria Orotava de la Ciencia.